A través de la neurodinamia tratamos de mejorar la situación en la que se encuentra un nervio periférico afectado, en relación a las estructuras que lo rodean y lo protegen.
La tensión y la compresión a la que, en muchas ocasiones, puede verse sometido un nervio, son fuente de síntomas de dolor, hormigueo, rigidez y disfunción del movimiento. Así pues, la neurodinamia se centra en optimizar el deslizamiento del nervio sobre sus propias envolturas y sobre los diferentes tejidos que lo rodean, a través de diferentes puntos de tensión.